Descripción
En la ciudad de Guimarães se encuentra la majestuosa Pousada de Santa Marinha, Premio Nacional de Arquitectura en 1985. Esta Pousada es fruto de la restauración del monasterio agustino del siglo XII. Está a unos 2 km del casco histórico de la ciudad (declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco).
La Pousada de Santa Marinha es un estupendo refugio, donde la tranquilidad está más que garantizada. Ofrece unas magníficas vistas de Guimarães, considerada ciudad cuna y fue Capital de la Cultura Europea 2012, donde creció el primer rey de Portugal, Afonso Henriques.
Gracias a un minucioso trabajo de recuperación realizado por el arquitecto portugués Fernando Távora, nació en 1975 la actual Pousada, resultado de la unión perfecta entre el pasado histórico y el confort contemporáne.
Todo indica que fue mandado construir por la fundadora de Guimarães, la condesa Mumadona, aunque hay quien afirma que fue Mafalda, mujer del rey Afonso Henriques, quien lo mandó construir y entregar a los monjes de la Orden de San Agustín, quienes lo convirtieron en un colegio de estudios superiores.
Los pequeños jardines, los rincones del interior con fuentes de granito de la Pousada, el Parque da Penha alrededor, los ricos mosaicos de azulejos, los claustros y los numerosos balcones y terrazas son características que sin duda no dejarán a nadie indiferente.
El parque y los jardines de la Pousada de Santa Marinha, hacen un paisaje extraordinario, con su origen en el recinto del monasterio agustino, fundado en el siglo XII.
La Pousada tiene 49 habitaciones (22 fueron celdas de los frailes) y 2 suites, un comedor y una sala para desayunar, decorados con algunos muebles que se salvaron del expolio que sufrieron otros lugares históricos de Guimarães.
Los aposentos, con decoración individual, se encuentran en la zona de los antiguos claustros y tienen las más modernas comodidades, incluidos aire acondicionado y televisión por cable.
El restaurante es un tributo al arte del buen comer en Guimarães. Con un servicio de lujo y una cocina sofisticada, todos los platos tienen como referencia la cocina tradicional portuguesa, por lo que se pueden degustar platos como el conejo estofado al estilo Fundador con castañas y champiñones o los rojões de bísaro (carne de cerdo frita) con castañas y papas de sangre. Regados con un agradable vino de la región, se convierten en una auténtica experiencia del arte del buen comer.
Los huéspedes también pueden disfrutar de la piscina al aire libre o de un paseo por los paisajísticos jardines de la Pousada, por la sierra o por el centro histórico de Guimarães. .Impuesto municipal de 2 EUR por persona y noche de pago directo en el hotel para mayores de 12 años